martes, 19 de octubre de 2010

La Píldora de Moda


Durante casi 4 años trabajé para un laboratorio farmacéutico en la categoría de píldoras anticonceptivas. Esa posición me llenó de grandes satisfacciones profesionales y personales y me permitió, tanto por mi propia experiencia como por el equipo que me rodeaba, aprender muchísimas cosas. 

El  aprendizaje más importante que tuve fue sin duda  acerca del valor emocional de un producto. Aunque en aquel momento ya había interiorizado la idea, realmente no sabía cómo definirla. Cuando finalmente manejé la información sentí, que siempre y cuando estuviera enamorada del producto, podría vender hasta tornillos para naves espaciales.
Conversando con un par de amigos hombres me llamaron dramática y exagerada, claro porque ellos no creen como yo en el gran oráculo del marketing. A las chicas hay que venderles la moto no solo por lo buena que sea, sino por como las haga sentir. Por alguna razón existen tantas píldoras y tratamientos anticonceptivos, como tipos de mujeres hay. Además de las características del producto asociadas a la composición, y que van acordes al perfil individual de cada paciente, está el enorme valor emocional de las mismas.

Más que medicamentos, el mercado anticonceptivo se comporta como un mercado de moda, al menos a nivel regional. Yo me tomo la pastilla de la estrella. Yo la que parece un chocolate Toblerone, porque es bella y trae calcomanías. La de la rosa que me pone bonito el rostro. La de la manzanita que no me engorda. Esa es la que toma mi amiga. Esa no porque á pasada de moda. Casi que piden un buen novio o 1000$ extras en su cuenta !!! 

Lo bueno de haber trabajado este mercado por estas zonas tropicales, es que aquí las píldoras anticonceptivas se pueden comprar en la farmacia sin necesidad de receta. Esto hace que la competencia sea dura pero buenísima, ya que salvo ciertas regulaciones, te puedes inventar y aplicar casi todo lo que te provoque. Con esta generación de necesidades y desarrollo de identidades de marca, las consumidoras finales llevan el anticonceptivo como un accesorio más, digno del más exclusivo portacosméticos. Eso sí, por si acaso o para convencerlo, consúltalo con tu médico. 

2 comentarios:

  1. Como comprenderás, no soy un usuario de pastillas anticonceptivas, pero hay dos aspectos del post que me tocan muy de lleno y el que estoy de acuerdo contigo.

    Me parece bien que haya gente que no crea en el marketing. Lo respecto. Pero sinceramente, creo que el marketing lo es todo. Por otra parte, lo del "valor emocional del producto", creo que no podrías estar más acertada, hoy más que nunca hay que vender experiencias y no productos, una promesa que se haga realidad (que es muy distinto de mentir).

    Felicidades por el post. Si bien creo que no soy exactamente el target al que va dirigido, se lo voy a recomendar a una amiga que creo que le va a encantar. Un abrazo.

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  2. Muchas gracias, espero que a tu amiga le sea de interés la información :)

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